El Instrumentum Laboris
¿Qué es el Instrumentum laboris?
Como indica su redacción latina, el Instrumentun Laboris (IL) es, ante todo, un instrumento de trabajo para los miembros de la Segunda Sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Esto justifica también su lenguaje y el uso de nociones y categorías teológicas en algunas de sus partes. Un subsidio teológico, que se publicará próximamente, facilitará su lectura y permitirá una comprensión más profunda de las nociones y categorías teológicas utilizadas.
Se inspira en las reflexiones que las Conferencias Episcopales, las Iglesias católicas orientales y otras realidades eclesiales internacionales, así como en los informes presentados por los párrocos durante la reunión de trabajo de tres días de los párrocos para el Sínodo , han realizado en torno al Informe de Síntesis de la Primera Sesión (4-29 de octubre de 2023) a la luz de las indicaciones dadas por la Secretaría General del Sínodo a través del documento Hacia octubre de 2024. El IL articula así las síntesis recibidas para animar la reflexión de la Asamblea sobre la cuestión central de la asamblea de octubre Cómo ser Iglesia sinodal en misión.
El IL no es un documento magisterial ni un catecismo: pretende ser un instrumento de trabajo de la XVI Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos. No es tampoco un texto que ofrezca respuestas prefabricadas ni un documento que pretenda afrontar todas las cuestiones relacionadas con la necesidad de ser cada vez más «sinodales en la misión». Es un documento fruto de la escucha, del discernimiento y de la reflexión sobre la sinodalidad madurada en el curso del proceso sinodal. Es un texto de base , articulado y esencial, concebido sobre todo como apoyo al método con el que la Asamblea será llamada a trabajar. Es un instrumento para favorecer la oración, el diálogo , el discernimiento y la maduración de un consenso a partir de algunas convergencias maduradas a lo largo del camino en vista de la entrega al Santo Padre de un Documento Final de la XVI Asamblea.

El Instrumentum laboris tiene su origen en los informes que recibió la Secretaría General del Sínodo. ¿Quién envió estos informes?
En diciembre de 2023, la Secretaría General, a través del documento Hacia octubre de 2024 , invitó a toda la comunidad cristiana a reflexionar sobre la pregunta orientadora identificada para la Segunda Sesión de la XVI Asamblea ¿ Cómo ser Iglesia sinodal en misión?, proponiendo una serie de caminos y actividades diferentes a partir del Informe de Síntesis , aprobado por los miembros de la XVI Asamblea Ordinaria al final de los trabajos de la Primera Sesión de octubre de 2023. Se trataba de mantener vivo el dinamismo sinodal promoviendo a nivel local una reflexión sobre cómo valorizar la corresponsabilidad diferenciada en la misión por parte de todos los fieles y, al mismo tiempo, pedir a las Conferencias Episcopales, a las Iglesias Orientales Católicas y a las agrupaciones de Iglesias que reflexionaran sobre cómo articular la dimensión de la Iglesia en su conjunto y su arraigo a nivel local, recogiendo así los frutos de la reflexión en torno al Informe de Síntesis.
A pesar del escaso tiempo disponible, hasta el 30 de junio de 2024 se habían recibido no menos de 108 informes de las Conferencias Episcopales, 9 de las Iglesias Católicas Orientales, además de la contribución de la USG-UISG (respectivamente la Unión Internacional de Superiores Mayores y la Unión Internacional de Superiores Generales). Además de la contribución de algunos dicasterios de la Curia Romana, la Secretaría General recibió también más de 200 comentarios de entidades internacionales, facultades universitarias, asociaciones de fieles o comunidades y personas individuales. Obviamente, en la redacción del Instrumentum laboris , la Secretaría General también tuvo en cuenta las relaciones presentadas por los párrocos durante los tres días de sesión de trabajo del Encuentro Internacional de Párrocos para el Sínodo , y de algunos grupos de trabajo: los cinco grupos instituidos por la Secretaría General del Sínodo para profundizar teológicamente cinco ámbitos de reflexión, en la línea de lo solicitado reiteradamente por la Asamblea (el rostro de la Iglesia misionera sinodal; el rostro misionero sinodal de las agrupaciones de Iglesias; el rostro de la Iglesia universal; el método sinodal; el «lugar» de la Iglesia sinodal en la misión), y una comisión específica de expertos en derecho canónico instituida para apoyar el trabajo de los teólogos.
En este sentido, el Instrumentum laboris puede considerarse verdaderamente un documento de la Iglesia que ha sabido dialogar con diversas sensibilidades y diferentes ámbitos pastorales.
¿Quién escribió el Instrumentum laboris?
Como cualquier otro documento de la Secretaría General del Sínodo relacionado con el proceso sinodal, el Instrumentum laboris (IL) es fruto de un trabajo en el que han participado un gran número de personas procedentes de distintas partes del mundo y con diferentes competencias. En primer lugar, un grupo de teólogos (hombres y mujeres, obispos, sacerdotes, consagrados y consagradas, y laicos) de distintos continentes, pero también los miembros del XV Consejo Ordinario de la Secretaría General del Sínodo acompañados por algunos Consultores de la misma Secretaría.
Una primera versión del documento fue enviada también a unas setenta personas, representantes de todo el Pueblo de Dios (sacerdotes, consagrados, consagradas, laicos, representantes de realidades eclesiales, teólogos, agentes pastorales y un número significativo de pastores) procedentes de todo el mundo, de diversas sensibilidades eclesiales y de diferentes «escuelas» teológicas. Esta amplia consulta se realizó para ser coherente con el principio de circularidad (lo que viene de la base, vuelve a la base) que animó todo el proceso sinodal. Esta verificación del material preparado a la luz de los informes recibidos fue también un ejercicio, por parte de la Secretaría General, de esa rendición de cuentas que caracteriza a la Iglesia sinodal.
Finalmente, después de las debidas modificaciones, el IL volvió al Consejo Ordinario que, después de una serie de enmiendas, lo aprobó y lo transmitió al Santo Padre para su aprobación final.
¿Cómo está estructurado el Instrumentum laboris?
El Instrumentum laboris consta de cinco secciones. Después de la Introducción , el IL se abre con una sección dedicada a los Fundamentos de la comprensión de la sinodalidad, que vuelve a proponer la conciencia madurada a lo largo del camino y sancionada por la Primera Sesión. Siguen tres Partes estrechamente entrelazadas , que iluminan la vida misionera sinodal de la Iglesia desde diferentes perspectivas: (I) la perspectiva de las Relaciones – con el Señor, entre hermanos y hermanas y entre Iglesias – que sostienen la vitalidad de la Iglesia mucho más radicalmente que sus estructuras; (II) la perspectiva de los Caminos que sostienen y alimentan en lo concreto el dinamismo de las relaciones; (III) la perspectiva de los Lugares que, contra la tentación de un universalismo abstracto, hablan de la concreción de los contextos en los que se encarnan las relaciones, con su variedad, pluralidad e interconexión, y con su enraizamiento en la fuente de la profesión de fe. Cada una de estas Secciones será objeto de oración, intercambio y discernimiento en uno de los módulos que marcarán los trabajos de la Segunda Sesión.
Este Instrumentum laboris parece, en su estructura, algo diferente al anterior que contenía muchas hojas con muchas preguntas, ¿por qué se eligió esta estructura?
La Asamblea es una realidad en evolución y el Instrumentum laboris está al servicio de la Asamblea y no al revés. Si en la Primera Sesión era necesario hacer surgir convergencias ante las múltiples cuestiones que surgieron de la amplia consulta al Pueblo de Dios a nivel local, nacional y continental, ahora es necesario que a partir de estas convergencias se pueda llegar a un consenso. Si en la Primera Sesión se pidió a los miembros que eligieran el área temática en la que querían hacer su contribución, en la Segunda Sesión todos los miembros abordarán el mismo texto y discutirán las mismas propuestas.
El Instrumentum Laboris está destinado a los miembros de la XVI Asamblea, pero ¿cómo pueden utilizarlo los grupos sinodales locales y, en general, los fieles que no participarán en la Asamblea de octubre? ¿Cómo pueden contribuir a los trabajos de octubre?
El Instrumentum laboris está dirigido principalmente a los miembros de la Segunda Sesión de la XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos. Sin embargo, también es una herramienta valiosa para grupos individuales a nivel diocesano y nacional que desean continuar su camino de reflexión y discernimiento sobre cómo caminar juntos como Iglesia; y llevar a cabo iniciativas eclesiales.
Por ejemplo, el IL puede ser una ocasión especial para un encuentro, incluso virtual, entre los miembros de la Asamblea y, al menos, el equipo nacional en la fase de preparación para la reunión de octubre, también a través del método sinodal de la Conversación en el Espíritu. De esta manera, se puede hacer tangible la función representativa de cada uno de los miembros de la Asamblea.
En todo caso, es importante que quienes están interesados en la conversión sinodal de la Iglesia con vistas a la misión, continúen su compromiso para que el dinamismo eclesial iniciado con la consulta al Pueblo de Dios en 2021 no decaiga y que el ejercicio de la corresponsabilidad en la misión de la Iglesia siga desarrollándose a nivel local, como ya ocurre. Además, el IL ayudará sin duda a comprender cuán importante es que los fieles acompañen los trabajos de la Asamblea con la oración, pidiendo al Espíritu Santo -verdadero protagonista de los trabajos de octubre- que sostenga la gran tarea encomendada a los miembros de la Asamblea.
El Instrumentum Laboris habla de un subsidio teológico. ¿En qué consiste?
Para acompañar el relativamente conciso Instrumentum laboris , la Secretaría General del Sínodo ha considerado oportuno ofrecer algunas líneas guía para la profundización teológica y canónica (Insights) sobre los temas presentes en el IL. Este subsidio teológico pretende ayudar a los miembros de la Asamblea en primer lugar -sin excluir, sin embargo, a un círculo más amplio de destinatarios- a reconocer y comprender las raíces y las implicaciones de lo que está contenido en el IL. «Profundizar» desde un punto de vista teológico significa: poner de relieve la referencia de los temas individuales a la Sagrada Escritura, a la Tradición de la Iglesia, al Concilio Ecuménico Vaticano II, al Magisterio reciente del Obispo de Roma de los episcopados del mundo. «Profundizar» desde el punto de vista canónico significa: mostrar cómo el discernimiento respecto a los temas individuales puede traducirse en prácticas reguladas y verificadas también a través del instrumento normativo.
Más que un texto orgánico, el subsidio se presentará como una serie de «glosas» al IL. De hecho, una versión actualizada del IL contendrá algunas referencias al subsidio en los márgenes de los capítulos individuales.
¿Qué podemos esperar de la conclusión del Sínodo?
La celebración de la Segunda Sesión de la XVI Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos no significará la conclusión del proceso sinodal. La Constitución Apostólica Episcopalis Communio (EP), que rige todo el proceso sinodal, nos recuerda que el sínodo se compone básicamente de tres fases: la consulta a los fieles, el discernimiento de los pastores y la fase de implementación. Estas tres fases no deben entenderse sólo en sentido cronológico. De hecho, con la celebración de la XVI Asamblea Ordinaria, según EP, estaríamos en la fase de discernimiento de los pastores, a la que seguiría el tiempo de recepción de los trabajos de la Asamblea por parte de las comunidades locales. Sin embargo, el discernimiento de los pastores acompañó casi todo el proceso sinodal (es decir, ya en la fase de consulta, que de hecho ya vio el discernimiento de los pastores a nivel local, nacional y continental). Es más, se puede atestiguar que la fase de «implementación» ya comenzó inmediatamente después de los primeros encuentros. Los ‘frutos’ sinodales son ya numerosos: son muchos los testimonios de aquellas realidades eclesiales que han cambiado su accionar eclesial en sentido sinodal con una mayor corresponsabilidad de todos los fieles bautizados. Por tanto, la conclusión de la Segunda Sesión no será el final del proceso sinodal, sino sólo un momento importante en el discernimiento de los pastores.
Por otra parte, en los sínodos anteriores se aprobaba y entregaba al Santo Padre un documento final que contenía algunas indicaciones que la Asamblea deseaba entregar al Papa. Este último, generalmente después de algunos meses, entregaba a toda la Iglesia un documento llamado Exhortación Post-Sinodal que contenía algunas disposiciones relacionadas con el tema tratado. Se puede esperar que esta Asamblea también elabore un documento final para entregarlo al Santo Padre para una posible exhortación. Es que el propósito de la Asamblea Sinodal es ofrecer orientación al Papa. El Sínodo es consultivo y no deliberativo.
Algunos temas han sido confiados a los diez grupos de trabajo creados por el Papa Francisco. ¿Cómo interpretar esta decisión? ¿Es una manera de sacar estos temas del debate de la Asamblea?
Desde el principio, el Papa Francisco ha insistido en que este Sínodo no trata de tal o cual tema, sino de sinodalidad, de cómo ser una Iglesia misionera en camino. La Asamblea de octubre y todas las cuestiones teológicas y las propuestas pastorales de modificación de algunos temas tienen este objetivo. La Asamblea debe ser, por tanto, un tiempo en el que cada participante, colocándose en un camino iniciado en 2021 y llevando la “voz” del pueblo de Dios del que proviene, invoque la ayuda del Espíritu Santo y de los hermanos para discernir la voluntad de Dios sobre su Iglesia: no es una ocasión para imponer la propia visión de la Iglesia.
Al mismo tiempo, el Papa Francisco ha acogido con satisfacción la convergencia que los miembros de la Asamblea han expresado durante la Primera Sesión en torno a una serie de cuestiones relevantes para la vida y la misión de la Iglesia en una perspectiva sinodal, sobre las que la Asamblea ha alcanzado un consenso consistente, casi siempre superior al 90%, mediante la constitución de 10 grupos de trabajo ad hoc . Se trata de cuestiones de gran importancia, algunas de las cuales requieren ser afrontadas a nivel de toda la Iglesia y en colaboración con los Dicasterios de la Curia Romana. No se trata, por tanto, de eliminar algunas cuestiones del debate de la Asamblea, que ya ha expresado una convergencia sobre su importancia, sino más bien de proporcionar elementos útiles desde el punto de vista teológico y canónico para ofrecer al ministerio de Pedro. Estos grupos, por tanto, deben considerarse ya un fruto del camino sinodal. En ellos participan expertos y obispos de diferentes partes del mundo, identificados sobre la base de su experiencia y respetando la variedad de orígenes geográficos, antecedentes disciplinares, género y condición eclesial necesarios para un enfoque auténticamente sinodal. Están recopilando y mejorando las contribuciones existentes sobre los temas que se les han asignado. Los grupos deberían completar su trabajo, de ser posible, a fines de junio de 2025.
