Las Franciscanas Misioneras de Nuestra Señora deseamos estar allí donde nuestra presencia sea una ayuda. Siendo el Evangelio Buena Noticia, lo anunciamos con alegría, maravillándonos ante la acción del Espíritu Santo manifestada en nosotras mismas y en nuestros hermanos.

“Somos llamadas a ser testigos de lo más hermoso que hay en el Evangelio: la misericordia de Dios” Hna. Brigitte des Haulles

Nuestras Escuelas

La educación y la enseñanza son un campo tradicional de misión en las congregaciones femeninas y siguen teniendo validez también para nuestra Congregación según nuestro Carisma fundacional.
Queremos que nuestras escuelas tengan un Ideario Educativo y se comparta no solamente a los niños, adolescentes y jóvenes sino también a las familias y a las personas con las cuales trabajamos.

escuela-totoras

Escuela San José, Totoras

escuela-guadalupe

Escuela Nuestra Señora de Guadalupe, Rosario

Formar parte de nuestras Escuelas nos compromete a:

– Esforzarnos por vivir en un ambiente de familia, donde reine el respeto, el diálogo, el espíritu de servicio, la solidaridad y el cuidado de todo lo que hace al lugar, para hacer más alegre y feliz la convivencia armónica de las personas.

– Comprometernos con el Proyecto de Integración de alumnos/as con N.E.E. (Necesidades Educativas Especiales).

Objetivos de nuestras escuelas

-Que sea ámbito donde el alumno/a pueda ir asumiendo su propio proyecto de vida, cultivando la fraternidad, madurando en la fe, buscando la verdad, el diálogo, el amor, la libertad, la belleza y el bien como síntesis entre Fe, Vida y Cultura.

– Que sea ámbito del saber, con conocimientos, capacidades y competencias actualizadas y socialmente significativas.

-Que sea ámbito de encuentro, donde los miembros de la Comunidad Educativa puedan vivir el espíritu de familia.

-Que sea ámbito evangelizador, donde se haga realidad la vivencia del Evangelio y de nuestro Carisma Congregacional. (Ideario Educativo-Reglamento Interno).

Fazenda Las Canteras (Deán Funes)

En Deán Funes, Fazenda de Las Canteras, trabaja en la recuperación de adicciones
Son centros de rehabilitación que nacieron en 1983, en Brasil por inspiración de Nelson Giovanelli, en el interior de Sao Paulo conjuntamente con el padre franciscano Hans Stapel ante la situación de un grupo de jóvenes del vecindario que se juntaba en la esquina a consumir drogas.
A partir de entonces, se distribuyeron en diversos centros esparcidos en el mundo ante la necesidad emergente de este flagelo que afecta a muchas familias en todo el mundo.
En un viaje cuyo destino era Mendoza y por algunas situaciones imprevistas, el matrimonio que los había ido a buscar al aeropuerto de la ciudad de Córdoba y que los trasladaría en vehículo a Mendoza, les hizo conocer este predio ubicado 7 km antes de llegar a la ciudad de Deán Funes, por la ruta 60 y a 120 km de la ciudad de Córdoba. Por intermedio de Monseñor Aurelio José Kühn, obispo de esta ciudad, el 26 de febrero de 2006 quedó fundada la primera Fazenda masculina en Argentina.

Es una comunidad terapéutica para adictos a las drogas y alcohol. La base del tratamiento es el trabajo, la espiritualidad y el auto sostenimiento de las personas que desean ingresar, por voluntad propia, el acompañamiento familiar es indispensable para lograr un resultado favorable. El ingreso se realiza tras el pedido personal del paciente interesado a través de una carta escrita de puño y letra, firmada por el interesado. Se realizan algunas entrevistas personales, además de cumplimentar una serie de requisitos como estudios médicos. Sin medicamentos ni drogas (no poseen psicólogos ni médicos), solo con un paisaje puro, con una importante arboleda en estas 9 hectáreas de predio. Cuentan con una capilla y varias casas donde, en cada casa, los ingresantes viven como una gran familia de entre 14 y 16 personas. También cuentan con dos coordinadores. Todos distribuidos en habitaciones con baño privado de 4 a 5 chicos.  Los primeros tres meses no se puede recibir visitas de sus familiares. Es una etapa importante para recapacitar acerca de la importancia del vínculo familiar deteriorado por el flagelo de la adicción. Se vive en total libertad, sólo con la oración y el uso de la palabra del Evangelio; y la aplicación diaria de lo aprendido en una total convivencia. Éste es un requisito para los internos a pesar de que la diferencia de credos no es excluyente. Se trabaja en la huerta y en las labores diarias . No hay rejas ni muros, se dedican a la cría de conejos, la huerta, se realizan conservas, productos de panificación y artesanías para que, cuando la familia viene a visitarlos una vez al mes, se  lleven en sus canastas para su consumo o reventa por lo aportado para la estadía de los internos. El tratamiento dura doce meses y el compromiso solidario de la familia y la sociedad inmediata  es fundamental para el  resultado en la recuperación que lleva adelante esta institución que recibe jóvenes y adultos de todo el país. En  la localidad de Quilino, un poco más al norte, se encuentra la Fazenda de Mujeres , inaugurada el 15 de agosto de 2008. Las Hermanas Franciscanas Misioneras de Nuestra Señora, insertas en esta comunidad, acompañan con su presencia materna y su servicio, el proceso de recuperación de adolescente, jóvenes y adultos.

Misión compartida en Pastoral de la salud
y acompañamiento a personas en situación de fragilidad

acompa-personas

Franciscanas Misioneras de Nuestra Señora, a ejemplo de San Francisco de Asís y de Madre Luisa Mabille, deseamos servir a la humanidad desde la vivencia del Evangelio.

Fieles a nuestro Carisma, promovemos el respeto por la integridad física y la dignidad de la persona para que el ser humano no sea manipulado en ninguna circunstancia.

La promoción de la justicia, de la paz y de la solidaridad, la ayuda a la familia, la defensa de la vida, la salvaguarda de la creación, son las preocupaciones mayores en nuestra acción evangelizadora en misión compartida con los laicos, en comunión con la Iglesia y con la familia franciscana.

Misión compartida junto a los niños y jóvenes

Nuestra misión se comparte en fidelidad a nuestro carisma cerca de los niños y de los jóvenes, en la educación y el acompañamiento.
Las fraternidades misioneras de niños y jóvenes franciscanos están llamadas, a la manera de Francisco y Clara de Asís, a dar testimonio de la alegría de la Resurrección, celebrando al creador y siendo instrumentos en el cuidado y en el servicio de la vida, especialmente la que se encuentra en situación de mayor fragilidad…