Breve historia de la presencia de las Franciscanas Misioneras de Nuestra Señora en Argentina

"Mas allá del océano... "

“Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación” (Mc.16.15)

Todo comenzó con un llamado de parte del Obispo de Santa Fe, Monseñor Juan Agustín Boneo.

“Quien no se lanza mar adentro, nada sabe del azul profundo del agua, ni del hervor de las aguas que bullen; nada sabe de las noches tranquilas cuando el navío avanza dejando una huella de silencio; nada sabe de la alegría de quedarse sin amarras, apoyado solo en Dios, más seguro que el mismo océano…”

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Y sin duda aquellas diez primeras misioneras se lanzaron con la confianza de saberse en las manos del Padre Dios.
Y es así que un 7 de mayo de 1911, embarcaron en Francia, 10 Franciscanas Misioneras de Nuestra Señora con destino a la Argentina.
He aquí sus nombres: Madre Benigna (española). Madre María de San Gabriel (española) su hermana de sangre. Madre María Sinforiana (francesa) .Hna. Adilia. Hna. María Verone. Hna. Angelina María. Hna. Alcinda. Hna. Olimpia. Hna. María de la Inmaculada Concepción y Hna. Silvia, todas portuguesas.
A las 13.30 hs, lentamente el buque se fue alejando del puerto y desde allí, contemplaban más y más esfumadas las playas de su suelo, pero en medio del natural dolor ¡qué alegría sentían al pensar que “más allá del océano” muchas personas las aguardaban deseosas de recibir de sus labios el mensaje de Jesús.
Navegaron día y noche… Despuntaba el día 27 de mayo de 1911 y las playas argentinas supieron de la llegada de 10 Franciscanas Misioneras de Nuestra Señora, sin otro bagaje que el amor y la confianza de saberse en los brazos de un Padre Todopoderoso. Aquel amanecer de la naturaleza fue como un símbolo de otro amanecer espiritual…. Amanecer de ilusiones y esperanzas…
Las hermanas fueron recibidas por las Hermanas de la Santa Unión de los Sagrados Corazones, porque no tenían dónde hospedarse. Allí quedaron hospedadas cinco de las hermanas, las otras cinco, fueron al Colegio “María Auxiliadora”, donde las hermanas las recibieron con toda caridad y cariño. (De las Crónicas redactadas por las hermanas) .
El día 30 de mayo, viajaron a Santa Fe para visitar al Obispo, Monseñor Juan A. Boneo, que las recibió con todo cariño como un buen Padre.
“Nos pidió que quedaran 5 hermanas en Rosario y las otras cinco fueran a Totoras.”

Hermanas en Argentina

El barrio Refinería. Orígenes y características.

A fin del siglo XIX y principios del XX comenzaron a llegar al país gran cantidad de inmigrantes de origen europeo que empezaron a poblar la ciudad portuaria de Rosario, modificaron costumbres, introdujeron ideologías nuevas y se integraron a la vida cotidiana de la ciudad.
Uno de los barrios más poblados fue REFINERÍA.
Tres empresas ferroviarias (Ferrocarril Córdoba y Rosario – Santa Fe y Rosario – Buenos Aires) atravesaban el límite del norte de Refinería para desembocar en el puerto. A través del ferrocarril llegaba el azúcar de Tucumán y el norte de Santa Fe que era procesada en la Refinería de Ernesto Torquinst. La Refinería de azúcar dará origen a un barrio integrado para trabajadores de la empresa y de los talleres ferroviarios del centro argentino. Hacia 1911 era el barrio más poblado.
La explosión de habitantes dio origen a un tipo de vivienda colectiva: el conventillo, los que vivían ahí eran en su mayoría inmigrantes. Los Conventillos eran grandes casonas con muchas habitaciones pobladas por los obreros y familias enteras, a veces con cinco o seis hijos, había además de trabajadores y todo tipo de delincuentes.
En los baños no había cloacas. Tanto el retrete como el lavado eran comunes, estas situaciones provocan epidemias como cólera, la fiebre amarilla, el paludismo, los parásitos y las infecciones.
En el barrio Refinería se contabilizaban 29 conventillos con un total de 400 habitantes donde conviven 1716 personas unos de esos conventillos era propiedad de la propia refinería (Tenía 44 piezas y vivían 150 personas).
El conventillo más conocido por sus características y cantidad de inquilinos era el de 400 cuartos, en realidad tenía 95 habitaciones en los que se amontonaban 370 personas en un edificio que sólo contaba con una canilla y para las necesidades elementales contaba con solo 4 letrinas. Alrededor de este conventillo se encontraba una serie de bodegones, almacenes, penumbrosos prostíbulos clandestinos donde muchos se batían a duelo, que tenían finales sangrientos.
“El atrevido”, otro de los grandes conventillos, sobre la calle Iriondo poseía 70 piezas y en ellas vivían 350 personas de nacionalidades italiana, española, japonesa y turcos (que abarcaban por igual a sirios, libaneses y árabes.
Otros de los conventillos del barrio eran: “El rápido” sobre calle Gorriti el conventillo “Bachucha” y el de “Jamala-Jamala”, en el que se amontonaban sus paisanos dedicados a la venta de peines, peinetas y jabones. 

 

Dentro de Refinería (limitados entre la cortada Arenales y Gorriti) se formaba el barrio Chino rosarino, con características peligrosas, con sus propias contraseñas, inquilinatos en el que conviven trabajadores de puerto, carreros, estibadores, obreros y obreras de refinería, guapos y prostitutas.
A este barrio, llegaron las Hermanas para comenzar la Escuela.

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Los comienzos. Colegio Nuestra Señora de Guadalupe

Escuela Primaria

El nacimiento de nuestra Escuela tiene características sumamente austeras.  En una primera etapa se pone en marcha la Escuela Primaria, que siguiendo los objetivos  para los cuales fueron llamadas las hermanas, era para las hijas de obreros del lugar.  

 “El día 2 de junio las hermanas: María Sinforiana, superiora, María de San Gabriel, Adilia,  María Verone y Olimpia, entraron en una casa alquilada, ubicada en el Tiro Federal, donde  los muebles eran pertenencia del obispado. Como el alquiler lo pagaba el obispado y era  muy caro, el Padre Nicolás Grenón, se encargó de mandar a construir una Escuela en la  Avenida Alberdi 348, donde se trasladaron las Hermanas para continuar la misma obra  el 1° de enero de 1914, con tres hermanas más. En marzo, en la apertura de las clases se  inscribieron más de 400 niñas, todas gratuitas” (de las Crónicas de las Hermanas) El Pre-escolar, hoy sería la salita de 5 años, era mixto. Las niñas vestían con un delantal  rosa y canasta rosa y los varones de celeste. Solamente esta etapa era mixta. Los padres dejaban a sus niñas, las cuales traían algo para el almuerzo, un huevo, pan,  una fruta y las hermanas le daban la sopa, almorzaban en la escuela y por la tarde las retiran.  El 12 de Julio de 1914 tuvo lugar un acontecimiento tan feliz. La celebración estuvo a cargo de  los Sacerdotes José Suárez y el Padre Nicolás Grenon. Sirvió de parroquia por muchos años.  Siendo la Virgen de Guadalupe Patrona de la Diócesis de Santa Fe, se puso bajo su  advocación a la naciente Escuela. De esta manera comienza la historia de una Obra Educativa  que, a corto plazo crecería con la labor perseverante de una comunidad que apostó a los  logros de la Congregación de Hermanas Franciscanas Misioneras de Nuestra Señora,  que siguiendo las huellas de Jesucristo, a la manera de San Francisco de Asís, hicieron posible  que nuestra Escuela, llegara a tener significado trascendente en el  Barrio Arroyito,  en la Zona Norte de Rosario.  

La vida de las Hermanas era muy austera. Eran muy pobres, tan pobres que cuentan las  crónicas de la época que muchas veces no tenían qué comer. Después de la muerte de una  de ellas, Hna. María Angelina, el párroco, Padre Suárez, reunió un grupo de alumnas para  hacer una fiesta en la Escuela y así sufragar los gastos del entierro y otras necesidades  de las hermanas.

Escuela de Costura y bordado para señoritas
En julio de 1915, se inaugura un taller de Corte y Confección, lencería y bordado para las niñas que una vez terminada la primaria querían continuar en la escuela.

Como buenas franciscanas el arte no podía faltar…
Además las hermanas enseñaban piano y este conservatorio dependía del Conservatorio Chopin de Rosario, donde todos los años se tomaban exámenes. También funcionaba los días sábados un taller de Dibujo y pintura dirigido por las Hermanas.

Escuela Secundaria

 En 1958, mediante la adquisición de terrenos linderos, se amplía el edificio comienza a funcionar el Ciclo Secundario, con la carrera de Maestra Normal Nacional (primera promoción 1962) En 1969 se da apertura a la carrera de Perito Mercantil que junto al Bachillerato Nacional, son las dos modalidades que se mantienen hasta la aparición de la Ley Federal. En la actualidad cuenta con dos modalidades: “Economía y Administración” y “Ciencias Naturales”.

Y el Colegio antiguo comenzó a cambiar de fachada…
En 1960 comenzaron las obras de ampliación del Colegio, construcción de la nueva fachada.  La Madre María Elena Sansierra, superiora Regional de ese entonces, quería que el Colegio  tuviera el aspecto de una casa y con el buen gusto que tienen los artistas, lo logró ampliamente. Como en ese momento no había cuotas mensuales en el Colegio, para poder llevar adelante  toda esta construcción, se hizo una rifa que se llamó “Gran rifa para la historia” y que cada  alumna tenía que vender. El alumnado, junto con las familias colaboraron ampliamente  con esta iniciativa. 

Un nuevo espacio para los actos y reuniones…
Todos los actos y fiesta se realizaban en el patio del Colegio que tenía un escenario. Hasta las graduaciones se hacían al aire libre…
Claro, siempre dependiendo del clima,de si llovía o no…
A partir del año 1967 se demolió la Capilla, que se trasladó a un salón de clase habilitado para tal función. En realidad allí todo estaba a mano, el Sagrario, la Virgen…
Qué lugar tan pequeño, pero tan lleno de la presencia de AQUEL que llena todo el universo… ¡En cuántas ocasiones encontramos la imagen de María inclinada!…
Todos podían acercarse y tocar la imagen.
En el espacio dejado por la antigua Capilla, se construyó un gran subsuelo que una vez terminado sirvió de salón de actos, de Capilla para todo el alumnado, para reuniones de padres, diríamos hoy un salón multiuso.

Una nueva capilla…
Y una vez terminado el subsuelo, se siguió con la construcción de la nueva capilla. La nueva capilla constituyó el sueño de todos…
Ardua fue la tarea. Todos los años se organizaban ferias, donde cada curso tenía un kiosco. El personal docente y las familias trabajaron unidos con el objetivo de ayudar en la construcción. La Hermana María Ángela Menichelli, con su experiencia de buena cocinera y repostera hacía pizzas y productos de repostería, que se vendían todos los días en el kiosco de la escuela.
La Madre María Elena Sansierra, con su empuje y su visión de artista, fue la que acompañó esta obra, junto al Arquitecto Cozzo. No hubo detalle que no fuera tenido en cuenta: los vitrales, el techo, las imágenes, etc.
Y por fin en 1973 se inaugura la nueva Capilla, con sus dos alas de frente, que semejan dos manos levantadas en oración y coronadas por una gran cruz que todas las noches se ilumina como protegiendo al barrio y marcándole el camino…
Por dentro, el techo a manera de alas que nos quieren levantar en vuelo…
Las imágenes en madera, obra de grandes artistas. El Cristo tallado por la Casa Marchena de Buenos Aires. La Virgen de Guadalupe, tallada por la Hermana Claretiana Marta Moroder y San Francisco de Asís, tallada por el papá de la Hna. Marta Moroder.
Sin olvidar que en el coro está el órgano Hamond, que fue adquirido a las Hermanas de la Santa Unión cuando se retiraron de su Colegio. Se puso en funcionamiento el día de la inauguración de la Capilla y que nos fue acompañando en tantas celebraciones.

Instituto Superior Del Profesorado

Entre 1970 – 1995 la Zona Norte se enorgullece de contar con el primer Instituto Superior del Profesorado, con las especialidades en “Castellano, Literatura y Latín” y “Matemática, Física y Cosmografía”.
El Profesorado culminó su etapa después de 25 años de trayectoria, educando para la vida, ofreciendo a la ciudad más de 500 Profesores.

Espíritu de la Institución Educativa

A ejemplo de San Francisco de Asís, cuya vida fue una constante invitación a la sencillez, a la alegría y fraternidad, el franciscano debe abrirse a la riqueza del Santo Evangelio, al misterio de la Fe, a la presencia viva de Jesús en cada hermano, siendo portador de Paz y Bien.
El compromiso de nuestra Escuela es “educar para la felicidad, construyendo una vida sencilla, comprometida en la Fe cristiana, firme en las convicciones y en los verdaderos valores éticos y perdurables” tal como reza una estrofa del Himno al Colegio:

COLEGIO AMADO REFUGIO SANTO
NIDO AMOROSO DE MI NIÑEZ,
TÚ NOS ENSEÑAS A AMAR A CRISTO
Y EN CRISTO A TODA LA HUMANIDAD.

El Colegio, una familia, un espacio de encuentro y de formación para la misión

La actividad del colegio nunca estuvo reducida a los horarios de clase…
Existía un coro, dirigido por una de las hermanas; cantar, siempre fue característica de la escuela. En algunos momentos participó de la animación de la misa dominical en el canal 3.
Hubo también conjuntos folklóricos que ganaron por 6 años consecutivos el primer premio en el concurso de folklore de los colegios secundarios de la ciudad.
Los sábados funcionaba el grupo de mensajeras de Paz y Bien, que luego pasó a ser JUFRA (Juventud Franciscana) que tenía como misión la visita a los hospitales, sobre todo al de niños, animación de encuentros, formación franciscana de las jóvenes, etc.

Franciscanas y Misioneras…

Las Hermanas también realizaban asistencia espiritual en la parroquia de Empalme Graneros: Catequesis de iniciación, preparación para la Primera Comunión y congregaban a los niños para la Misa de los domingos.

Fundación de la Escuela “San José”, Totoras, Santa Fe

“Los que hayan enseñado la verdad y la justicia, brillarán como las estrellas en el firmamento” Dn. 12, 13.

El 4 de junio de 1911, Fiesta de Pentecostés, 5 Hermanas partieron a Totoras: Madre Benigna. Hna. María Alcinda. Hna. Angelina María. Hna. María de la Inmaculada Concepción y Hna. Silvia. El pueblo, el Cura Párroco y las autoridades las esperaban con gran júbilo. Las calles estaban adornadas con Banderas. En la parroquia hubo Misa solemne y Te Deum, luego se dirigieron al local que serviría de Escuela.
La aurora es para el sembrador, alegría y vida, pero al mismo tiempo es una invitación al trabajo. Y estas Franciscanas tomaron los instrumentos de la oración y de la confianza y marcharon presurosas a trabajar en este lugar.
En tierra extraña, lejos de su Patria, muy pronto se adaptaron a las nuevas costumbres y en poco tiempo supieron captar con su bondad y abnegación las simpatías de los que las rodeaban.
Cimentado por plegarias y sacrificios, la obra de la Escuela “San José”, se puso en marcha aquel día.
En ese devenir imparable del tiempo, las Hermanas fueron entregando la posta de sus vidas en una siembra fecunda de fe y esperanza. Fueron muchas… Dios las conoce y sus nombres están grabados para siempre en el libro de la vida.
Durante más de treinta años las Hermanas trabajaron sin descanso por la niñez de nuestro pueblo, sin recibir dinero de aporte del Estado. Trabajaban sin sueldo. Las maestras eran todas hermanas y vivían de las limosnas, ayuda pecuniaria de los padres y pobladores, y también de las pensiones de los alumnos.
En la parroquia impartían la catequesis a los niños, preparándolos para su primera comunión.
Su labor educativa se fue ampliando desde el Nivel Inicial: Salita de 3, 4 y 5 años. Nivel Primario completo con dos divisiones por grado, y Nivel Secundario, egresaron con el título de Maestra Normales Nacionales, y después de unos años se optó por la carrera de Peritos Mercantiles con Orientación en Computación.
Fue reconocida la enseñanza oficial en el año 1937 y en el año 1966 se recibe el 100% de aporte del Ministerio.

Las Hermanas visitan diariamente el Hospital del pueblo, acompañando, animando espiritualmente a los enfermos y a sus familias. Una Hermana que era enfermera prestaba su servicio. 

En Rosario en Avenida Alberdi 338, la Escuela que estaría bajo la advocación de Nuestra  Señora de Guadalupe, estaba ya en plena marcha.  

El 3 de enero de 1912, llegan de Francia 6 Hermanas más: Ellas son: Hna. María Javier.  Hna. María Asunción. Hna. Floriberta. Hna. Cecilia. Hna. Blanca y Hna.Bathilde.  El 7 de Mayo del mismo año 1912, llegan tres Hermanas de la Casa Madre para una nueva  misión. Hna. María Judith. Hna. Fidelia y Hna. Feliciana, portuguesas. 

Misión Hospitalaria en la ciudad de Coronda, Santa Fe, 1912

El 8 de Agosto de 1912 se inaugura un Hospital en Coronda y solicitan la presencia de las Hermanas. Se pidió este servicio a la Madre María de San Gabriel. Hna. Alfredina y Hna. Floriberta. Con el desprendimiento y el arrojo que sólo da un amor grande, van a Coronda a pedido de Monseñor Boneo. Fueron recibidas por el Señor Cura y por el Médico y todo el pueblo. Tuvieron un recibimiento espléndido; todos estaban contentísimos y dispuestos a ayudar.
“El hospital estaba en la mayor pobreza y desorden; no tenía ropa para los enfermos. Estaba atendido por un viejito que hacía de cocinero, de enfermero y de todo; hombre bueno y paciente.

Las hermanas empezaron por limpiar todo y poner un poco de orden en medio de la mayor pobreza. La cocina apenas tenía dos metros cuadrados, sin ventana, sólo una puerta por donde entraba un sol abrasador” (de las crónicas de las Hermanas)
Desprovistas de toda comodidad y en condiciones precarias, sin agua y en medio de una gran pobreza, debieron afrontar una fuerte epidemia de tifus que hizo estragos en esa población. Las Hermanas dieron todo su amor y su tiempo al cuidado de los enfermos, teniendo presente las palabras de Nuestro Señor Jesucristo: “aquello que hicieron por los demás, lo hicieron conmigo”.
Con espíritu evangélico y franciscano ayudaron en todo lo que les fue posible.

Fundación del Colegio “Sagrado Corazón de Jesús”, Carlos Pellegrini, Santa Fe, 1924

A pedido del Señor Obispo de Santa Fe, Monseñor Juan Agustín Boneo, el Cura Párroco Pbro. Lorenzo Pellícano, inicia la fundación del Colegio “Sagrado Corazón de Jesús” el 24 de marzo de 1924.
Las primeras Religiosas: Madre María de San Gabriel. Hna. María Blanca y Hna. María Benigna. Durante las primeras semanas se hospedaron en la casa del Señor Pedro Garnero, hasta que se dispuso el lugar asignado ubicado en la intersección de las calles Marcos Paz y San Martín
Las Hermanas se dedicaban a la tarea docente, a la enseñanza específica de materias como Matemática, Historia, Geografía, castellano, Música, Catecismo. Labores, Corte y Confección. En 1925 se dictaba clase de primero a cuarto grado y gradualmente fueron sucediéndose quinto, sexto y séptimo grado, con reconocimiento oficial del Ministerio de Educación. Con el correr del tiempo, se formaron las salitas de 3,4 y 5 años. También recibían niñas pupilas y medio pupilas.
Las Hermanas se sostenían con la contribución de la Asociación Cooperadora, ayuda de las familias del pueblo, hasta que fue reconocida por el Ministerio y recibieron aporte estatal para los cargos docentes y directivos.
En el archivo del Colegio se guardan testimonios de vida de las alumnas, tales como éste: “la Hermana Inocencia María nos inició en el estudio de la Religión, cuyas clases se dictaban por la tarde. Comenzamos con el pequeño Catecismo y luego nos mostró el verdadero rostro de Jesús, con todos sus detalles… Bien dicen que sólo se transmite lo que se siente y se vive y la Hermana Inocencia tenía el don de inculcarnos sus profundas convicciones, el valor de la familia, las Leyes morales y el abandono en la confianza divina, única fuerza que hace posible el cumplimiento del Decálogo. Todas las Hermanas que pasaron por este Colegio dejaron enseñanzas profundas y esenciales para la vida, no las olvidaremos. Reconocemos a cada una por sus dones, las queríamos mucho y las admiramos. “

Así transcurrieron 62 años de permanencia inolvidable de las Hermanas Franciscanas, sembrando paz, amor, dando testimonio de vida.

Fue en el año 1985 que la Congregación se retira, dejando la conducción de la Escuela a la Asociación Cooperadora, previa autorización del Sr. Obispo.
En el Himno al Colegio se canta esta estrofa: 

“¡Ay si pudieran aquellas Hermanas
volver al Colegio y verlo así!”
Tal vez llorarían mirando el progreso
de aquel pedacito de Templo feliz.

Fundación del Colegio “San Francisco de Asís”, Alcorta, Santa. Fe, 1949

En la localidad de Alcorta, pueblo pujante de 7.000 habitantes, la familia Lorea manifiesta al Sr.  Cura Párroco Pbro. José Vivas Bustos, su decisión de donar una Casa con amplio terreno para la  edificación de un Colegio Católico, conducido por Religiosas. La solicitud llegó a la Superiora Provincial de la Congregación Madre María de Guadalupe  Albrecht, y después de considerar la propuesta y condiciones evaluándose las posibilidades , se  ponen en marcha para la nueva misión , la Madre Benigna de Jesús Sansierra, acompañada de  la Hna. María Teresa y Hna. Fidelia María.  

Los comienzos fueron arduos. Las Hermanas llenas de amor y entusiasmo, comenzaron la tarea  educativa en pobreza y sencillez. La gente del pueblo se acercaba mucho al Colegio llevando  mercaderías, frutas, muebles, ropa, artículos de limpieza, útiles de cocina, etc.  Frecuentaban el Colegio para conocer a las Hermanas y saber de las necesidades, las autoridades comunales, la Iglesia y Entidades Sociales.  Las Hermanas fueron ganándose el cariño de la gente por su bondad y entrega al bien de la  población.  Se fueron incorporando laicos a la obra y así iniciaron su actividad espiritual y educativa, recibiendo niños de tres, cuatro y cinco años. Se formó la Asociación Cooperadora animada por la Madre Benigna de Jesús, que fue llevando adelante  la incipiente obra con la fe y la confianza puesta en Dios. 

Pasan los años y con el apoyo de todos comenzó a funcionar el Jardín de Infantes y primeros  grados de la Escuela Primaria, adquiriendo prestigio por la calidad de la enseñanza.  Las alumnas llevaban uniforme que lucían en los actos escolares, en la Misa de los domingos,  procesiones, en los desfiles patrios alrededor de la Plaza.  

Las Hermanas trabajaban mucho en la parroquia Santiago Apóstol. Estaban a cargo de la catequesis y la preparación para la Primera Comunión, formando a otras jóvenes.  El Colegio se fue transformando en un Centro Educativo muy importante en el pueblo. El ingreso de alumnos aumentaba cada año. Se vivía un ambiente de familia muy especial. La generosidad del pueblo para con las Hermanas se acrecentaba con donaciones, favores, atenciones y  sobre todo aprecio y cariño.  

La actividad pastoral también comprendía: visita a los enfermos, recorrer los barrios para conocer las familias y sus necesidades, llevando la Palabra de Dios y la imagen de la Santísima  Virgen. La Comunidad Religiosa inculca gran amor a su Patrono San Francisco de Asís. Un hombre  enamorado de Dios con quien identificó su vida.  

En el año 1976 esta obra es transferida a las Hermanas Franciscanas de Gante, que continuaron  con la misma espiritualidad franciscana. El Pueblo despidió con mucha emoción y agradecimiento a las Hermanas Franciscanas Misioneras de Nuestra Señora, que fueron acompañadas por una caravana de autos hasta la ciudad de  Rosario.  

¡Bendice Señor, al pueblo de Alcorta…! Ayuda a cada uno a ser instrumento de Paz y Bien.

Casa de ejercicios espirituales “Betania”, San Juan, 1977.

A pedido del Sr. Arzobispo Monseñor Ildefonso María Sansierra , la Congregación de las Hermanas Franciscanas Misioneras de Nuestra Señora, con la autorización de la Superiora Provincial Madre María Elena de Jesús, acepta la conducción de esta Casa levantada al pie de la cordillera en San Juan..
Comenzaron su tarea evangelizadora la Madre Benigna de Jesús, Hna. Ana Cristina y Martha Nacif (aspirante). La misión de las Hermanas consistía en la organización y administración de los Encuentros, Jornadas de espiritualidad, Cursillos de cristiandad para hombres y mujeres, retiro para jóvenes, amas de casa, sacerdotes, y también para los Colegios.

Se formó una Comisión de laicos que colaboraría con la comunidad religiosa, realizando eventos para el sostenimiento del inmueble. Los años fueron transcurriendo y pasaron muchas hermanas irradiando el espíritu franciscano. Aumentaba cada año el número de personas que solicitaban hacer experiencias y retiros en Betania, incluso venían de otras provincias.

Las Franciscanas Misioneras de Nuestra Señora realizaron simultáneamente otros apostolados. En la parroquia de Marquesado tenían a su cargo la catequesis, reuniones de padres, visitas a las familias, a los enfermos. Fueron nombradas Ministros extraordinarios de la Eucaristía. Daban charlas de formación y atendían una villa los días sábados, enseñando a los niños el catecismo, agrupando a las familias, ofreciéndoles posibilidades de trabajo, orientando, y formando en la fe y en la confianza en Dios.

Las Hermanas, eran para ellos, refugio y sostén en sus dificultades, acudían siempre en busca de una palabra de aliento y consuelo para sus vidas. Las Hermanas los atendieron siempre con mucha caridad.
En el año 2014 las Hermanas dejaron la misión, ya fuerte y firme, bien encaminada, a la Dirección de los Cursillos de Cristiandad, con la autorización del Sr. Arzobispo.

Canto dedicado a Betania (Madre Benigna de Jesús)
Como nido enclavado entre montañas,
rodeada de olivares y viñedos,
te brindas al cansado peregrino
sediento de esperanza y de sosiego.
Betania desbordante de silencio,
Betania envuelta en paz y oración,
Betania soledad y recogimiento
El rincón donde yo encuentro
El sendero de mi Dios…
Madre bajo tu manto inmaculado,
con tu ternura y cariño maternal,
recibe a estos tus hijos, que vienen a Betania
en busca de Jesús y de su Luz.

En la ciudad de Jachal, San Juan, 1984 – 1992.

El Arzobispo de San Juan, Monseñor Ítalo Di Stéfano, solicitó a la Superiora Provincial la presencia de las Hermanas Franciscanas Misioneras de Nuestra Señora en la ciudad de Jáchal para la Pastoral misionera.
Fueron bienvenidas por la población y acogidas con mucho cariño.
En este nuevo camino fueron animadas por las palabras de San Pablo: (cf. Col 2,5-7) “firmes en la fe, avancemos hacia Dios con un corazón sincero, por la vida y la vida en abundancia”
Apenas llegaron las Hermanas se reunieron con el Cura Párroco para conocer las necesidades de la Comunidad, definir situaciones y actividades tales como:
• Catequesis Parroquial.
• Atender centros de formación espiritual en los barrios.
• Formar grupos de jóvenes.
• Organizar Jornadas, convivencias, retiros.
• Realizar reuniones de padres.
• Animar en la Misa dominical.
• Dictar clases en una escuela agrícola.
La Comunidad Religiosa vivía en una casa cedida por el Arzobispo, quien las visitaba con frecuencia y las ayudaba económicamente.
En un clima de familia, llevando siempre la Palabra de Dios, animando, compartiendo fueron pasando los años. Participaron de esta misión varias Hermanas comprometidas con el carisma de la Congregación, que vivió y transmitió Madre Luisa: UNIDAD. COMUNIÓN. FRATERNIDAD. La ciudad de Jáchal sintió mucho la partida de las hermanas.

En el año 1997 dejaron esta misión.
Transcurrieron cinco años sembrando la Paz y el Bien a todos.

¡QUE LA BENDICIÓN DE DIOS DESCIENDA
SOBRE TODA LA IGLESIA DE JÁCHAL,
HOY Y SIEMPRE!

Presencia Franciscana en Empalme Graneros, Rosario, 1987 – 1999

Desde el año 1960 las hermanas del Colegio “Ntra. Sra. de Guadalupe”, ejercían su apostolado en Empalme Graneros, barrio de la ciudad de Rosario. El Señor Arzobispo Monseñor Jorge Manuel López, solicitó a la Superiora Provincial Hna. Verónica Hergenreder, la presencia permanente de las hermanas en el lugar. Fue así que comenzaron su tarea evangelizadora con el pensamiento y el corazón puesto en las palabra de Jesús “vayan y anuncien la Buena Noticia a toda la creación” (Mc.16,15) y de Madre Luisa : “que todas y cada una, según la medida de la gracia, trabajemos en la obra para la cual Dios nos eligió”
Así en 1987 las Hermanas María Rosa Pennesi, Martha Rezzoagli y Graciela Rivero, se instalaron en la Casa adquirida por la Provincia Religiosa y así fueron recibidas por el Cura Párroco Pbro. Agustín Bullián y por la Comunidad, parroquial.
La misión comprendía un radio importante y se formaron grupos animados por las hermanas, cuyo objetivo era conocer la zona y sus necesidades.
Se realizó un Censo para interiorizarse sobre la realidad de las familias, a fin de convocarlos y ofrecerles:
• Formación catequística.
• Bautismo .Confirmación. Eucaristía.
• Visita a los enfermos
Así comenzó la actividad misionera bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona también de la parroquia de Empalme Graneros.
En esos años se había instalado la comunidad Toba y la hermana Sara Maidana junto a otras hermanas y jóvenes enseñaban a los niños a leer y escribir en lugares precarios donde ellos vivían. Con el correr del tiempo se logró construir una escuela y se obtuvo la autorización del Ministerio de Educación para su reconocimiento, recibiendo el nombre de escuela “Juan Diego”.
Las Celebraciones se preparaban con dedicación y cariño. Bajo el lema “Paz y Bien” se formaron niños, jóvenes y familias con las características de una gran familia. La hermana Graciela Rivero colaboraba para la Promoción de la mujer en el Centro Cultural. Daba clases de Corte y Confección, Artesanía, Cestería, Repostería.
Transcurrieron doce años de labor y entrega fraterna, de experiencias inolvidables, donde la gente del barrio aprendió a tener confianza en sí mismo; fe y esperanza en Dios en las ocasiones difíciles que presenta la vida. La Comunidad Parroquial creció sólida y finalmente se concretó el sueño de crear el Nivel Inicial y la Escuela Primaria. El Cura Párroco Pbro. Agustín Bullián fue el alma de esta obra.
Las Hermanas se retiran el 8 de febrero de 1999. El Barrio las despidió con mucho agradecimiento y cariño.

Fazenda de la Esperanza, Las Canteras, Prelatura de Deán Funes, Córdoba, 2007

¿Qué es la Fazenda de la Esperanza? Es un Centro de recuperación de jóvenes con todo tipo de adicciones: drogas , alcohol, juego, etc. La convivencia fraterna, el trabajo y una profunda espiritualidad centrada en el Evangelio, hace de ellos hombres, capaces de insertarse en la sociedad y aceptar los desafíos que ésta les propone. Todo comenzó con la llegada de Fray Hans Stapel, religioso franciscano, a San Pablo (Brasil) en el año l979. Inició en la parroquia Nuestra Señora de la Gloria una nueva experiencia de vida basada en el amor cristiano “todo lo que ustedes hagan al menor de mis hermanos, a Mí me lo hacen”

En 1983 , Nelson Giovanelli joven de la Parroquia, se encontró con un grupo de drogadictos cerca de su casa, se acercó a ellos y después de un cierto tiempo de frecuentarlos, uno de esos jóvenes le pidió ayuda para dejar esa vida. Junto a Fray Hans comenzó a trabajar en la elaboración de un Proyecto. Esos jóvenes fueron el origen y la inspiración del primer grupo que dio nacimiento a la Fazenda de la Esperanza. El Programa de recuperación es de 12 meses y está basado en: El trabajo como forma de vida y auto-sustentación. La vida en comunidad como instrumento de cambio, y la Meditación diaria de la Palabra.
El Proyecto ofrece a los internos: desintoxicación natural, sin uso de medicamentos, trabajos manuales, artesanías, jardinería, trabajos en el campo, fábrica de productos, etc. aumentando así su auto-estima. Además hacen deportes y actividades culturales como: fútbol, básquet, video, música, teatro, vóley, etc.
El Obispo de Deán Funes Monseñor Aurelio Kuhn ofm, solicitó a la Superiora Provincial, Hna. Susana Tropea, la presencia de Hermanas para el acompañamiento de los jóvenes. Asistidas por el Espíritu Santo y viendo que esa obra reflejaba hoy, el rostro sufriente de los leprosos que atendía Francisco, se ofrecen para esta misión la Hna. Sara Maidana y la Hna. María del Carmen Ramírez.
Llegan a la Fazenda el 19 de marzo del año 2008, festividad de San José. La Casa de las Hermanas está bajo la advocación de “Santa Isabel de Hungría”, Protectora de la Tercera Orden Regular de San Francisco de Asís.
La misión de las Hermanas consiste sobre todo en “ser madres” ,acompañando la vida de cada muchacho.
Tienen a su cargo: Preparación de la Liturgia. Cantos, Formación catequística: Sacramentos. Charlas de formación etc.
Liberarse de las drogas es un objetivo difícil, pero no imposible. Con La Fazenda, un camino se abre para quienes, en vida comunitaria, volvieron a descubrir la dignidad, la fe y el amor al prójimo.

Fundación en Villa de Soto, Diócesis de Cruz del Eje, Córdoba, 2016

Siendo Ministra Regional, la Hna. Margarita Damiani, recibió la invitación del Obispo de Cruz del Eje, Monseñor Santiago Luis Olivera, para abrir una presencia de las Hermanas en Villa de Soto. Se estudiaron las posibilidades y las condiciones y después de considerar el ofrecimiento, ya siendo Ministra Regional la Hna. Olga Trevisanut, se tomó la decisión de aceptar la invitación a esta experiencia.
Para esta nueva misión se ofrecieron, la Hna. Margarita Damiani y la Hna. María del Carmen Ramírez.
Las Hermanas llegaron el 9 de febrero de 2016. La Casa pertenece al Obispado hubo que hacerle algunas modificaciones y sobre todo muchos arreglos pues estaba deshabitada. Bajo la protección de “Santa Clara de Asís”, mientras se iba refaccionando la casa, las Hermanas comenzaron con la misión: conocer el Barrio, ir integrándose en la pastoral de la parroquia.
Finalizados los arreglos, con un pequeño Oratorio, el 1° de julio de 2016, el Obispo bendijo la Casa, el Oratorio y se celebró la Misa de la que participaron los vecinos, las Hermanas Dominicas, los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca, el Padre Hugo, párroco, las Hermanas de la Fazenda y la Hna. Olga, Regional.

TAREA EVANGELIZADORA:
• Acción Pastoral y Parroquial.
• Grupo de oración
• Visita a los enfermos y las familias.
• Misión en las Capillas del Barrio.
• Catequesis Inicial: Comunión. Confirmación. Eucaristía.
• Visita al Hospital.

Damos gracias a Dios por tanto bien y tanto amor que derrama en nuestras vidas y en la vida de nuestras comunidades.
Que podamos ser fieles a lo que Dios nos pide y ser respuesta como Francisco, en nuestro mundo de hoy.
“¡Gracias Señor porque me pensaste…….porque me creaste!” (Santa Clara de Asís)

Fraternidad “San José”, Rosario

En el año 2013, las Hermanas dejan la comunidad de la Escuela “San José” de Totoras y se abre una presencia en Rosario.
Una de las Hermanas es parte de los voluntarios del Hospital de Emergencias de la ciudad que está formado por personas físicas que desarrollan, por su propia determinación, una tarea solidaria, altruista, de modo gratuito, tareas que ayudan a los internados a mitigar la situación de ansiedad, tristeza, desaliento, o cualquier otro estado de ánimo que no ayude a su pronta recuperación. Este grupo tiene como único objetivo servir, ser ayuda, para lo que es necesario dar, contener, levantar el espíritu caído, devolverles la fe, la sonrisa y que sientan que no están solos, que son importantes y que están dispuestos a darles una mano.

 Además a los internados carenciados, se les ayuda con bienes materiales como elementos de higiene, ropa, pañales, u otras necesidades que surgen según el caso, durante el período de internación. Las Hermanas trabajan en la Pastoral de la salud, visitando a los enfermos y dando apoyo a sus familias.
También trabajan en la pastoral nocturna, atendiendo a la gente que está en situación de calle, dándoles un plato de comida, buscando un lugar para que pasen la noche, sobre todo en invierno.

Casa María Reina y Madre, Casa Regional.

La Casa Regional, actualmente está en la calle Castagnino, en Alberdi, en la zona norte de Rosario, también ha sufrido algunos cambios de lugar.
Al comienzo funcionaba en el Colegio Nuestra Señora de Guadalupe. A partir del año 1977, a fin de favorecer la misión de la Ministra Regional, se traslada a la Casa que teníamos en Martín Fierro 57, en el Barrio La Florida. Allí la Comunidad se insertó en el trabajo de la Parroquia, sobre todo la visita de los enfermos y de los más pobres.
En el año 2000, con la llegada del Noviciado a esta casa, se trasladó a la Calle Vila, en el Barrio Alberdi. En el 2013, al lugar actual de calle Castagnino.
Esta Casa está pensada para acoger a las hermanas enfermas o mayores. Actualmente las hermanas visitan a los enfermos y sus familias

Casa de Formación de la Región, Evolución.

En 1949 se abre la Casa de Formación en Argentina en el mismo predio del Colegio Nuestra Señora Guadalupe, en un lugar destinado a tal efecto. Antes de esta fecha, las jóvenes que deseaban ser Franciscanas Misioneras de Nuestra Señora, debían partir a Francia para hacer su formación.
A partir de 1960, la Formación tiene su casa propia en Barrio Bouchard, próximo a la ciudad de San Lorenzo. Era una zona rural. Su nombre era Convento “Virgen Niña”. La vida de las jóvenes, además de la oración y la formación, se dedicaban también a tareas en la huerta y la jardinería.
Nuestros capellanes eran los Padres Franciscanos de San Lorenzo.
En el año 1970, por razones de reestructuración la Casa de Formación se instaló en Totoras en una parte de la casa de las hermanas que estaba en el Colegio San José.
En 1981, se hizo el traslado a la Casa que teníamos en el Barrio la Florida, hasta que en 1990 fue trasladada a Córdoba, barrio Villa Corina.
En el año 2000, nuevamente de decide llevar la casa de formación a Rosario.

Hermanas que vinieron de Europa

Portugal

Madre María Blanca
Hna. Angélica María
Hna. María Verone
Hna. Adilia
Hna. María Alcinda
Hna. Olimpia
Hna. Paulina
Hna. Silvia
Hna. María Javier
Hna. Asunción

Hna. Floriberta
Hna. María Cecilia
Hna. Batilde
Hna. Beatriz de la Concepción Oliveira
Hna. María Rodrígues
Hna. María Perpetua
Hna. Guillermina
Hna. Inocencia María
Hna. María Ferreyra Sánchez
Hna. María Pía

Hna. Beatríz de la Concepción Silva
Hna. María Engracia
Hna. Celeste
Hna. María Teresa
Hna. María del Cielo
Hna. María Julia
Hna. Feliciana
Hna. Inés de Asís
Hna. Fidelia María
Hna. Teodora

Hna. Alfredina
Hna. Felismina María
Hna. Guiomar Rodríogues
Hna. Raquel Da Silva
Hna. Ana Araujo
Hna. Rosa Leonor Rodrígues
Hna. Miguelina María
Hna. María Emerentina
Hna. Paulina
Hna. María de la Inmaculada

Francia
Madre María Sinforiana
Hna. María de los Angeles
Hna. Teresa del Niño Jesús

España
Madre María de San Gabriel
Madre Benigna

Hasta aquí llega el recorrido de estas historias y vivencias, camino que continúa abierto para seguir recorriendo hoy…
Porque el Espíritu sigue inspirando y nos sigue llevando por caminos inesperados…

Porque el don de la unidad y de la comunión sigue vivo y nos sigue invitando a ser profetas y testigos de esta vivencia…

No solamente a las Franciscanas Misioneras de Nuestra Señora, sino a todos aquellos y aquellas que trabajan junto a ellas y participan de su misión y son parte de esta Familia.

Historias y vivencias que como un nudo primordial van atando a nuevos testigos, que sienten que aún hoy, en medio de una sociedad desorientada y herida, es posible tener gestos de esperanza, de acogida, de hospitalidad, de alegría…

Que el Señor, de la historia, nos bendiga y acompañe, para que sigamos alimentando las brasas que nos legaron quienes nos precedieron y encender así este fuego que ilumina y calienta nuestro mundo de hoy.

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