ORACIONES DE SAN FRANCISCO DE ASÍS

ORACIÓN ANTE EL CRISTO DE SAN DAMIÁN

Altísimo y glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi corazón
y dame una fe recta, esperanza cierta
y caridad perfecta,
buen sentido y conocimiento, Señor,
para que haga tu santo
y verdadero mandamiento.

TE ADORAMOS

Te adoramos,
santísimo Señor Jesucristo,
aquí y en todas tus iglesias
que hay en el mundo entero
y te bendecimos,
pues por tu santa cruz
redimiste al mundo.

ALABANZAS AL DIOS ALTÍSIMO

Tú eres santo, Señor Dios único, que haces maravillas.

Tú eres el fuerte, Tú eres grande,
Tú eres altísimo,
Tú eres el rey omnipotente; Tú Padre santo,
rey del cielo y de la tierra.

Tú eres el trino y uno,
Señor Dios de los dioses;
Tú eres el bien, todo el bien, el sumo bien,
Señor Dios vivo y verdadero.

Tú eres amor, caridad;
Tú eres sabiduría,
Tú eres humildad,
Tú eres paciencia,
Tú eres belleza, Tú eres mansedumbre,
Tú eres seguridad, Tú eres descanso,
Tú eres gozo,
Tú eres nuestra esperanza y alegría,
Tú eres justicia, Tú eres sobriedad,
Tú eres toda nuestra riqueza y satisfacción.
Tú eres belleza, Tú eres mansedumbre,
Tú eres protector,
Tú eres guardia y defensor nuestro;
Tú eres fortaleza,
Tú eres refrigerio

Tú eres nuestra esperanza,
Tú eres nuestra fe,
Tú eres nuestra caridad.
Tú eres toda nuestra dulzura,
Tú eres nuestra vida eterna:
grande y admirable Señor,
Dios omnipotente,
misericordioso Salvador.

CÁNTICO DE LAS CRIATURAS

Altísimo, omnipotente, buen Señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición.

A ti solo, Altísimo, te corresponden
y ningún hombre es digno de pronunciar tu nombre.

Loado seas, mi Señor, con todas tus criaturas,
especialmente el señor hermano sol,
él es el día y por él nos alumbras;
y es bello y radiante con gran esplendor:
de ti. Altísimo, lleva significación.

Loado seas, mi Señor, por la hermana luna y las estrellas:
en el cielo las has formado claras y preciosas y bellas.

Loado seas, mi Señor, por el hermano viento,
y por el aire y el nublado y el sereno y todo tiempo,
por el cual a tus criaturas das sustento.

Loado seas, mi Señor, por la hermana agua,
que es muy útil y humilde y preciosa y casta.

Loado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual alumbras la noche:
y es bello y alegre y robusto y fuerte.

Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la madre tierra,
que nos sustenta y gobierna
y produce distintos frutos con flores de colores y hierbas.
Loado seas, mi Señor,
por los que perdonan por tu amor
y sufren enfermedad y tribulación.

Bienaventurados aquellos que las sufren en paz,
pues por ti, Altísimo, coronados serán.

Loado seas, mi Señor,
por nuestra hermana la muerte corporal
de la cual ningún hombre vivo puede escapar.
¡Ay de aquellos que morirán en pecado mortal!

Bienaventurados los que encontrará en tu santísima voluntad,
pues la muerte segunda no les hará mal.

Load y bendecid a mi Señor,
y dadle gracias y servidle con gran humildad.

SALUDO A LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA

¡Salve, Señora, santa Reina,
santa Madre de Dios, María,
virgen hecha iglesia,
elegida por el santísimo Padre del cielo,
consagrada por él con su santísimo Hijo amado
y el Espíritu Santo Defensor,
en ti estuvo y está
toda la plenitud de la gracia y todo bien!

¡Salve, palacio de Dios!
¡Salve, tabernáculo suyo!
¡Salve, casa suya!
¡Salve, vestidura suya!
¡Salve, esclava suya!
¡Salve, Madre suya!

Y, ¡salve, todas vosotras santas virtudes,
que, por la gracia e iluminación del Espíritu Santo,
sois infundidas en los corazones de los fíeles,
para hacerlos, de infieles, fieles a Dios!

PARÁFRASIS DEL PADRENUESTRO

¡Oh santísimo Padre nuestro:
creador, redentor, consolador y salvador nuestro!

Que estás en los cielos: en los ángeles y en los santos;
Iluminándolos para conocer, porque tú. Señor, eres la luz;
Inflamándolos para amar, porque tú, Señor, eres el amor;
habitando en ellos y colmándolos para gozar de la eterna bienaventuranza,
porque tú. Señor, eres el bien sumo, eterno, de quien todo bien procede,
sin quien no hay bien alguno.

Santificado sea tu nombre: clarificada sea en nosotros tu noticia,
para que conozcamos cuál es la anchura de tus beneficios,
la largura de tus promesas, la sublimidad de tu majestad
y la hondura de tus juicios.

Venga tu reino: para que reines en nosotros por la gracia,
y nos hagas llegar a tu reino, donde está la visión manifiesta de ti,
el amor perfecto a ti, la unión bienaventurada contigo,
la fruición de ti por siempre.

Hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo:
para que te amemos con todo el corazón, pensando siempre en ti;
con toda el alma, deseándote siempre a ti; con toda la mente,
dirigiendo todas nuestras intenciones a ti, buscando en todo tu honor;
y con todas nuestras fuerzas, destinando todas nuestras fuerzas
y los sentidos del alma y del cuerpo al servicio de tu amor y no a otra cosa;
y para que amemos a nuestros prójimos como a nosotros mismos,
atrayendo a todos, según nuestras fuerzas, a tu amor,
alegrándonos de los bienes ajenos como de los nuestros
y compadeciéndolos en los males, y no siendo causa de tropiezo para nadie.

El pan nuestro de cada día: tu amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo,
dánosle hoy: para que recordemos, comprendamos
y veneremos el amor que nos tuvo y cuanto por nosotros dijo, hizo y padeció.

Y perdónanos nuestras deudas: por tu inefable misericordia,
por el poder de la pasión de tu amado Hijo y por los méritos e intercesión
de la beatísima Virgen y de todos tus elegidos.

Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores:
y lo que no perdonamos plenamente, haz tú, Señor,
que plenamente lo perdonemos; para que por ti amemos de verdad a los enemigos
y por ellos intercedamos devotamente ante ti, no devolviendo a nadie mal por mal,
y para que nos esforcemos por ser en ti útiles en todo.

Y no nos dejes caer en la tentación: oculta o manifiesta, imprevista o insistente.

Mas líbranos del mal: pasado, presente y futuro. Amén

ALABANZAS QUE SE HAN DE DECIR EN TODAS LAS HORAS

…Omnipotente, santísimo, altísimo y sumo Dios,
todo bien, sumo bien, bien total,
que eres el solo bueno,
haz que te restituyamos toda alabanza,
toda gloria, toda gracia, todo honor,
toda bendición, y todos los bienes.
Hágase. Hágase. Amén.

BENDICIÓN AL HERMANO LEÓN

El Señor te bendiga y te guarde;
te muestre su rostro y tenga misericordia de ti.
Vuelva a ti su mirada y te conceda la paz

ORACIÓN A LA TRINIDAD

…Temed y honrad,
alabad y bendecid,
dad gracias y adorad
al Señor Dios omnipotente
en Trinidad y Unidad,
Padre e Hijo y Espíritu Santo,
creador de todas las cosas.
(Regla no bulada, XXI, 2)

ORACIÓN SIMPLE

Señor haz de mí un instrumento de tu paz
Donde hay odio, ponga amor.
Donde hay ofensa, ponga perdón
Donde hay discordia, ponga unión.
Donde hay error, ponga verdad.
Donde hay duda, ponga fe.
Donde hay tinieblas, ponga luz.
Donde hay tristeza, ponga alegría.

Oh, Maestro, que no busque tanto:
ser consolado, como consolar
ser comprendido, como comprender
ser amado, como amar.

Porque:
dando se recibe
olvidándose se encuentra
perdonando se es perdonado
muriendo se resucita a la vida eterna.

ESCRITOS DE SANTA CLARA DE ASÍS

BENDICIÓN DE SANTA CLARA

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

El Señor las bendiga y las guarde;
les muestre su rostro y tenga misericordia de ustedes;
vuelva su rostro a ustedes y les dé su paz, a ustedes mis hermanas e hijas,
y a todas las que han de venir y permanecer en su comunidad
y a todas las demás, tanto presentes como futuras,
que han de perseverar hasta el fin en todos los otros monasterios de las Damas Pobres.

Yo Clara, servidora de Cristo y plantita de nuestro bienaventurado padre San Francisco,
hermana y madre de ustedes y de las demás hermanas pobres, aunque indigna,
ruego a nuestro Señor Jesucristo que, por su misericordia
y por la intercesión de su santísima Madre santa María,
del bienaventurado san Miguel Arcángel y de todos los santos Ángeles,
de nuestro bienaventurado padre san Francisco y de todos los santos y santas de Dios,
que el mismo Padre celestial les dé y confirme esta su santísima bendición en el cielo y en la tierra;
en la tierra, haciéndolas crecer en la gracia y en virtud entre sus siervos y siervas en su iglesia militante;
en el cielo, exaltándolas y glorificándolas en la Iglesia triunfante entre sus santos y santas.

Y las bendigo en mi vida y después de mi muerte, como puedo y más aún de lo que puedo,
con todas las bendiciones con que el Padre de las misericordias bendijo a sus hijos y a sus hijas y los bendecirá en el cielo y en la tierra,
y con las que el padre y la madre espirituales bendijeron y bendecirán a sus hijos e hijas espirituales. Amén.

Amen siempre a sus almas y a las de todas sus hermanas,
para que observen siempre solícitamente lo que al Señor prometieron.

El Señor esté siempre con ustedes y ojalá ustedes estén siempre con El. Amén

¡FELIZ QUIEN ESTÁ CON JESÚS! (CUARTA CARTA A SANTA INÉS DE PRAGA 9-14)

Feliz, ciertamente, eres tú,
que puedes participar de ese banquete sagrado
para unirte con todas las fibras del corazón a Aquel
cuya belleza todos los ejércitos bienaventurados de los cielos admiran sin cesar,
cuya afición apasiona, cuya contemplación restaura,
cuya bondad nos sacia, cuya suavidad colma,
cuya memoria ilumina suavemente,
cuyo perfume dará vida a los muertos,
cuya visión gloriosa hará felices a todos los ciudadanos de la celeste Jerusalén,
pues es el esplendor de la gloria eterna,
el reflejo de la luz eterna y el espejo sin mancha.

MIRA EL ESPEJO QUE ES JESÚS (CUARTA CARTA A SANTA INÉS DE PRAGA NS. 15-26)

Mira atentamente a diario este espejo, oh reina, esposa de Jesucristo,
y observa sin cesar en él tu rostro, para que así te adornes toda entera,
interior y exteriormente, vestida y envuelta de cosas variadas,
adornada igualmente con las flores y vestidos de todas las virtudes,
como conviene, oh hija y esposa carísima del supremo Rey.
Ahora bien, en este espejo resplandece la bienaventurada pobreza,
la santa humildad y la inefable caridad,
como, con la gracia de Dios, podrás contemplar en todo el espejo.

Considera, digo, el principio de este espejo,
la pobreza de Aquel que es puesto en un pesebre y envuelto en pañales.
¡Oh admirable humildad, oh asombrosa pobreza!
El Rey de los ángeles, el Señor del cielo y de la tierra es acostado en un pesebre.
Y en medio del espejo, considera la humildad, al menos la bienaventurada pobreza,
los innumerables trabajos y penalidades que soportó por la redención del género humano.
Y al final del mismo espejo, contempla la inefable caridad,
por la que quiso padecer en el árbol de la cruz
y morir en el mismo del género de muerte más ignominioso de todos.

Por eso, el mismo espejo, puesto en el árbol de la cruz,
advertía a los transeúntes lo que se tenía que considerar aquí, diciendo:
¡Oh vosotros, todos los que pasáis por el camino, mirad
y ved si hay dolor semejante a mi dolor!;
respondamos, digo, a una sola voz, con un solo espíritu,
a quien clama y se lamenta con gemidos:
¡Me acordaré en mi memoria,
y mi alma se consumirá dentro de mí!.
¡Ojalá, pues, te inflames sin cesar
y cada vez más fuertemente en el ardor de esta caridad,
oh reina del Rey celestial!

LA CONTEMPLACIÓN (TERCERA CARTA A SANTA INÉS DE PRAGA NS. 12 Y 13)

Fija tu mente en el espejo de la eternidad,
fija tu alma en el esplendor de la gloria,
fija tu corazón en la figura de la divina sustancia,
y transfórmate toda entera,
por la contemplación,
en imagen de su divinidad.

FRANCISCANAS MISIONERAS DE NUESTRA SEÑORA

ORACIÓN HERMANA MARÍA JAVIER Y GUILLERMINA

Señor y Padre nuestro dador de todo bien,
derrama tus abundantes gracias sobre nosotros y sobre todos los hombres,
por los méritos de Jesús y por la generosa entrega
de las hermanas franciscanas María Javier y Guillermina,
Mártires de la caridad.

Ellas imitando a María, dieron Su SI total,
sirviendo al hermano enfermo de peste,
hasta dar su propia vida.

Danos también a nosotros,
generosidad en el servicio a los hermanos y fidelidad a TI,
en la misión que nos has confiado.
Amén

CONSAGRACIÓN A NUESTRA SEÑORA

Virgen Inmaculada, Madre y Reina,
hija y sierva del altísimo del Padre Celestial,
Madre de Nuestro Señor Jesucristo, Esposa del Espíritu Santo,
entre todas las mujeres del mundo ninguna te es semejante.

Como pobres a ejemplo de San Francisco,
recurrimos a Ti llenos de confianza,
enséñanos a contemplar con fe a tu Hijo Jesús,
pobre, crucificado y obediente al Padre.
Haz que a tu ejemplo estemos atentos
a las necesidades de nuestros hermanos.

Ayúdanos a descubrir el sentido de minoridad ,
a fin de ser testigos del Evangelio.

Danos el espíritu de fortaleza para llevar
la Buena Noticia a través del mundo.

Danos un corazón ardiente de caridad, humilde y misericordioso,
un corazón fiel, que cada día renueve su sí al Señor,
un corazón pobre y libre,
pronto a dejarse amar por Jesús y
amar en ÉL a todos los hermanos.

Santa Madre de Dios, dulce y bella, somos tus hijos,
quédate con nosotros, graba tu ternura en nosotros
para que la comuniquemos al mundo, a fin de que se
establezca por todas partes tu Reino de paz y fraternidad. Amén.

SANTA MARÍA

Santa María,
tú eres el templo del Espíritu Santo,
la gloriosa ciudad de Dios.
Eres la mujer fuerte
que aplastó la cabeza de la serpiente.

Eres más radiante que el sol,
más bella que la luna, más pura que la aurora,
más resplandeciente que las estrellas.

A ti acudimos, tus hijos pecadores diciendo:
Santa María, Señora nuestra, dulce y clemente,
alcánzanos por tus súplicas la gloria celestial.

Escúchanos María, pues tu Hijo te honra
y nada te rehúsa.

Jesús, divino Mesías,
sálvanos por los ruegos de tu Madre,
la Virgen María.

En nuestras tribulaciones y angustias,
ampáranos dulce Virgen María.

Defiende Señor con tu gracia,
por la intercesión de la Bienaventurada
siempre Virgen María y de todos tus santos,
esta familia que de todo corazón se postra ante Ti
y guárdala siempre en tu amor.

Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

ORACIÓN A MADRE LUISA

Bienaventurados aquellos que por la acogida,
la simplicidad, la alegría,
construyen la fraternidad…

Bienaventurados aquellos que hacen caer todos los muros
que nos separan y dividen
y crean puentes mediante el diálogo
que hace crecer la comunión.

Bienaventurados aquellos que emplean
un lenguaje que va directo al corazón…
Bienaventurados aquellos que viven en la pobreza,
que son itinerantes en su corazón,
porque su riqueza es el Señor…

Bendito seas mi Señor por la VIDA
y la VIDA en abundancia de Madre Luisa!

"Hagan lo que Él les diga"